La familia: la mejor fábrica de personas
En estos momentos en los que la palabra productividad ha cobrado un importante protagonismo en nuestras sociedades desarrolladas, habrá que situar el papel de la familia en estos términos para seguir dándole la importancia que se merece como institución social.
Hay diferentes maneras en las que hoy se plantea la convivencia hombre-mujer, pero solo hay una conocida, contrastada y eficaz para formar personas: la familia.
La formación de las personas es un estado previo y necesario de cualquier economía desarrollada. Para que haya economía es necesario que antes haya demografía y sabiduría. El inicio de cualquier desarrollo económico parte de que nazcan niños y se les eduque adecuadamente como personas. Esta es la base, este es el inicio de cualquier programa económico.
Esto ocurre también con la confianza necesaria para cualquier intercambio comercial y financiero que se realiza en el mundo. La confianza es la base del comercio, de las finanzas; y lo paradójico es que, siendo una realidad que ni se compra ni se vende, sea la condición necesaria para que se realicen intercambios económicos en cualquier lugar del mundo.
Así pues, tanto la familia como mejor fábrica en la que se forman personas, como la confianza entra las mismas, son dos realidades que en ningún programa económico los gobernantes deben olvidar ni abandonar.
Por acabar diciéndolo en pocas palabras, si quieres productividad tienes que invertir en las familias y en humanidad.
Por Joaquín Abellanas Pellejero, economista y European Financial Advisor (EFA).
El criterio etico y antropológico vale tanto para el concepto de persona como el de familia. No entro a discutir el contenido del articulo. Me sigue pareciendo una falta de rigor, en el uso del lenguaje, el titular de la noticia.
La respuesta a Beatriz, con la estoy totalmente de acuerdo, sigue siendo insuficiente desde el punto de vista ético y antropológico, el concepto de persona no se puede argumentar desde el punto de vista de la productividad, por mucha importancia social que tenga el término economicista en la sociedades desarrolladas.
No se explica el concepto de persona sino el concepto de familia. La familia no deja de ser la empresa más y mejor productiva de la sociedad y eso lo demuestran no solo los estudios sino la vida misma. Es la fuente de la que nacen los futuros trabajadores, la innovación, la profesionalidad, las pensiones, el progreso. Por tanto, es importante que las instituciones y las administraciones públicas no solo lo tengan en cuenta, sino que sean conscientes de ello y la apoyen y cuiden.
La familia no es una fábrica, las personas no somos objetos de uso. Me parece muy desafortunado el título.
Hola Beatriz: quizá sea desafortunado el título pero responde al contenido del artículo planteado desde el punto de vista de la productividad. De hecho el primero párrafo del artículo lo explica: «En estos momentos en los que la palabra productividad ha cobrado un importante protagonismo en nuestras sociedades desarrolladas, habrá que situar el papel de la familia en estos términos para seguir dándole la importancia que se merece como institución social.»
Muy buen artículo. Está claro que lo natural (como la familia) acaba siempre triunfando.