La protección y defensa de la familia como célula básica de la sociedad requiere que la ayuda a la familia sea una prioridad para los poderes públicos.
Consulta aquí la guía de ayudas sociales y servicios para las familias españolas.
Por qué debe haber ayudas a las familias
El artículo 16 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce que «la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado».
La familia es la base de la sociedad y es anterior a toda forma política. Desde un punto de vista antropológico, las primeras sociedades humanas surgieron en torno a la familia, que al agruparse entre sí dieron lugar a los clanes. Desde un punto de vista sociológico, la familia existe a lo largo de la Historia sea cual sea la forma de gobierno. Por eso, la familia está por encima del Estado.
Cómo trabajar a favor de la familia
La defensa de la familia no se reduce a ayudas económicas para familias en determinados supuestos.
Lo primero es respetar y promover los derechos fundamentales que afectan a las familias, reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos: derechos en el ámbito de la educación; la protección de la vida humana; el acceso a la vivienda; la cobertura sanitaria; la libertad de conciencia y religiosa; reconocimiento jurídico y protección legal; etc.
También se deben promover políticas familiares, de promoción de la maternidad y paternidad, e incorporar la perspectiva de familia de forma transversal en todas las leyes.
La defensa de la familia no afecta sólo a las instituciones públicas: también las instituciones privadas y la sociedad civil en su conjunto deben intentar favorecer la institución familiar. Si la familia es fuerte, la sociedad sale beneficiada.
Ayudas a la familia numerosa
Por su especial aportación de capital humano a la sociedad, el Estado debe facilitar ayudas a las familias numerosas.
Una buena política familiar también ayuda a los grandes hogares, pero es necesario y de justicia que quienes más invierten en la familia, motor de la sociedad, reciban un mayor número de ayudas y de reconocimiento social desde las instituciones.
Ayudas a las familias más vulnerables
Las instituciones deben facilitar la estabilidad de los hogares en dificultad a través de centros de ayuda a la familia, la mediación familiar y los servicios sociales.
Aquellas familias que por su situación se vean en riesgo de exclusión social, con mayores dificultades en la crianza y educación de los hijos, o el cuidado de alguno de sus miembros, deben ser objeto preferente de las ayudas institucionales.
Una sociedad es sana y con futuro cuando protege a sus miembros más débiles.