El mundo necesita más familia
La iglesia católica celebra estos días en Milán la Jornada Mundial de la Familia, evento que pone de manifiesto, una vez más, como la Iglesia -y en particular el Papa-, es la voz que defiende de forma más coherente y constante el matrimonio y la familia en estos comienzos del siglo XXI. Todos los que vivimos en familia y nos preocupamos por ella debemos agradecer al Papa y a la Iglesia su compromiso valiente y activo con la institución familiar.
En esta época, en la cual mucha gente ha perdido las claves intelectuales para apreciar la familia, y muchísimas personas fracasan en el intento de hacer familia, que una voz tan autorizada moralmente como la del Papa no deje una vez y otra de recordar las maravillas de la familia es muy de agradecer, pues supone un valladar de la máxima relevancia frente a las tendencias destructivas de la familia que se van extendiendo por todo el mundo y en especial en Europa.
Aunque muchos no lo sepan, el mundo necesita más familia y si hubiese más familias estables y fuertes habría más felicidad personal, más justicia social y solidaridad entre las personas, menos miedo al futuro y más aprecio a la vida en todas sus manifestaciones.
Los católicos pueden sentirse muy orgullosos de que su Iglesia ame a la familia, de razón de su bondad, eficacia y la defienda frente a los ataques ideológicos que hoy recibe. Con esta firme defensa de la familia la Iglesia católica da prueba, una vez más, de que es verdadera maestra de humanidad.
En estos días estoy siendo testigo del aprecio que bastantes personas tienen al ideal de familia que desearían alcanzar y algunos consideran que no podrán hacerlo… ¡en estos tiempos que corren!
Considero que se debería abandonar el nostálgico discurso que abunda en la idea de que… ¡Se ha perdido la familia, los valores…! y aprovechar el poco tiempo disponible para CONSTRUIR mejores familias empezando por la propia y en primer lugar por ese miembro tan importante de mi familia que soy yo mismo (o sea tú).
Hace poco un matrimonio le dijo a otro: ¡Ojalá os hubiera conocido antes, hubiéramos tenido más hijos.
Sin descuidar la teoría pasemos a la práctica.
Del trato exquisito entre padre y madre depende la salud moral, física y de todo tipo, de los hijos y por extensión de la Humanidad.
Saludos y ¡adelante con esa magnífica labor del foro de la familia!