La educación, las personas y las ideologías
Este principio de acción se fundamenta en un idealismo que prioriza la idea abstracta sobre la realidad, las teorías pedagógicas de laboratorio sobre la realidad concreta, el sistema sobre la persona, y el Estado sobre los individuos.
Lo mejor que tiene el sistema educativo es un conjunto de profesionales que aman su trabajo porque tienen un afecto sincero por educar, es decir por transmitir al educando el amor a la vida por medio de las distintas disciplinas. No me refiero, ciertamente a la totalidad de los profesores, ni tan siquiera deseo hablar de porcentajes. Pero lo que debe ponerse de relieve es el testimonio de muchos compañeros que de manera silenciosa ejercen una labor admirable: Conozco un profesor de secundaria que aprendió braille para poder atender de manera personalizada a su alumno con deficiencias visuales. En otra ocasión un compañero terminó agotado después de trabajar toda la noche para que los alumnos pudieran disfrutar un festival digno y divertido. O los desvelos de los compañeros de un departamento de ciencias para sacar adelante excursiones didácticas apasionantes que difícilmente olvidarán los alumnos. Los ejemplos serían interminables pero no pretendo decir que los profesionales de la docencia sean los únicos que se entregan en su trabajo. Es evidente que esta actitud puede encontrarse en cualquier profesión, como también encontramos casos penosos en todos lados (y no solo en la política). Lo que intento poner de relieve es la prioridad de las personas sobre las ideas y las ideologías.

Esto requiere la unión de padres y profesores. El cheque escolar para mí es la solución, de esta forma la educación será libre y cada uno llevará a sus hijos al colegio que le parezca mejor. Es la única forma de que la educación esté en las manos de los padres.