SALVAJES
Dicen algunos que la felicidad en el llamado «primer mundo» es menor a causa de los problemas inventados a causa del materialismo, el relativismo y un mal entendido bienestar. Hay tribus en África Central, como los Pigmeos Baaka, que se echan las manos a la cabeza llamándonos locos al enterarse de que, lamentablemente, existen leyes en países de Occidente como la de la eutanasia. La vida es un don, un regalo, porque no nos la damos a nosotros mismos. ¿Quiénes somos o qué autoridad tenemos, entonces, para ponerle fin a nuestro antojo? Esta sencilla verdad está hoy más patente y arraigada en territorios que hasta hace bien poco la vieja y moribunda Europa tildaba de salvajes.